Invertir en proyectos con sentido

¿Quien no ha soñado nunca con hacerse rico sin grandes esfuerzos y poder disfrutar de vacaciones eternas en la tierra? Pues no, aquí no le vamos a dejar la receta de un secreto tan bien guardado, para ello, siempre podrá intentarlo a través de los productos financieros derivados y la bolsa pero no le podemos garantizar de que funcione. Esto dependerá de muchas cosas que probablemente no pueda ni controlar ni prever.

En este post, no queremos detallar los instrumentos derivados, activos financiero, índices bursátiles o acciones de la bolsa de valores sobre materia prima sino de algo distinto que tenemos tendencia en olvidar pero que afecta también mucho a nuestras vidas y que tiene mucho potencial de cambiar las relaciones humanas, queremos hablar de economía humana, justa y colaborativa en la que cada ser humano debería invertir si se lo puede permitir.

Con el mundo digital aparecieron una multitud de plataformas (empresas privadas, asociaciones o ONGs) que permiten a cualquier individuo financiar iniciativas privadas de personas u organizaciones. A veces estas plataformas ofrecen una devolución del dinero invertido más intereses, como por ejemplo plataformas que permiten participaciones en plantas fotovoltaicas colaborativas como Ecooo, Lumo o Enerfip en Francia (abierto a Españoles). Estas plataformas permiten realmente ver el resultado de su inversión.

Otra posibilidad es participar en proyectos de Crowndfunding. Aquí se puede elegir no tener ninguna retribución o bien conseguir el producto final propuesto en el proyecto o parte de ello en función del dinero invertido. El crowdfunding o micro mecenazgo se suele definir como la financiación colectiva a través de Internet. Se trata de una cooperación, llevada a cabo por un grupo de individuos para conseguir normalmente dinero, aunando esfuerzos e iniciativas de otras personas u organizaciones. En España encontramos plataformas como Ulule o Ecrowdinvest.

También se puede ayudar a las personas más vulnerables y pobres en vivir mejor gracias a los micro créditos, la ONG Kiva en este sentido fomenta esto desde hace muchos años y consiguió un fondo muy importante para financiar proyectos a través de pequeños prestamos sin intereses a los solicitantes. En este caso, no se pierde dinero pero no se gana tampoco dado que el dinero invertido es devuelto pasado un tiempo en su totalidad. Ahorrar un poco de su capital en proyectos como Kiva es muy gratificante porque se puede elegir los proyectos en los que se quiere participar y ver a cabo de los años el valor generado en la economía real gracias a todos los prestamos realizados. Al final, Kiva permite a cualquiera convertirse en un banquero ético, que no busca arruinar a sus clientes para conseguir más y más intereses.

Pero también, y para cerrar este post, se puede optar por un banco responsable. No existen muchos pero Triodos por ejemplo garantiza que el dinero ahorrado en sus cuentas finanza proyectos de economía social y solidaría, proyectos a dimensión humana y que mejoran nuestra calidad de vida a nivel macroeconomico en vez de buscar maximizar los beneficios sin preocuparse del resto.

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